sábado, 21 de enero de 2012

Piel de fantasma, de Rafael Marín

Hay veces que después de varios libros no se tienen ganas de uno más, por muy bueno que sea, o a lo mejor no se tiene tiempo. O que apetece leer pero da pereza meterse en un libro largo que sabes que no vas a apreciar del todo porque el último que leíste fue muy bueno y necesitas algo más de tiempo para desconectar de la historia y los personajes. Algo de esto unido a las ganas de conocer algo de un autor del que ya había leído algunas críticas buenas ("Rafael es uno de los últimos magos del lenguaje", "un referente en la literatura fantástica en castellano"...), fue lo que hizo que por primera vez me lanzara a por un libro de relatos.
Piel de Fantasma se trata de una recopilación de los textos cortos y relatos más representativos del autor Rafael Marín.


Editorial: AJEC

Fecha de publicación: 05/2010

Páginas: 240

ISBN: 9788496013889

 Precio: 15,50€



LOS RELATOS
Doce son los relatos que componen este libro, todos ellos variados en temática y en extensión (los hay desde decenas de páginas hasta el último, que es de una sola página), en los que se ve que el autor se va probando a sí mismo, con diferentes registros y formas de narrar pero eso sí, con un estilo y una marca que le crean una seña de identidad propia.

Son relatos independientes entre sí, aunque sí que se hacen guiños unos a otros (personajes principales de algún relato, aparecen luego circunstancialmente en otros relatos), lo cual no hace que haya que leerlos en un orden determinado ni mucho menos.
Un poco de cada relato:
 
Bibliópolis es una historia ambientada en la época victoriana que mezcla fantasía con realidad, alternando un mundo onírico con el mundo real. Es muy buen punto de partida para ir conociendo el estilo del autor y es una idea curiosa la que presenta.
Ragnarok en las playas de Itaca se trata de nuevo de una historia que mezcla una parte mitológica con la realidad, teniendo ahora como telón de fondo el mundo de la psicología. Es de los relatos que más me han gustado, con apenas 10 páginas.

Una canica en la palmera hace mención de un suceso trágico en la historia de Cádiz y lleva consigo un elemento sobrenatural. Tiene un tono simpático al estar narrado desde el punto de vista de una niña pequeña y también es de mis preferidos.
La piel que te hice en el aire va sobre el enfrentamiento del protagonista a un pasado algo turbio y sobre todo a enfrentarse a él mismo y a su verdadera forma de ser enfrentado a la forma en la que se espera que sea. Es Entretenido.

La sed de las panteras algo duro por la realidad que relata. Ambientado en la Guerra Civil española tiene entre sus personajes a algunos ilustres como Rafael Alberti o Pablo Picasso. No está mal, pero nunca me ha acabado de llamar la atención la ambientación en guerras civiles. Eso sí, imaginarme a Alberti o a Picasso en sus años de juventud sí que me ha gustado, el ver cómo pudieron ser y eso (aunque es una historia sin más...no es biografía ni nada de eso).
 El último suspiro es curiosamente el último de los relatos que leí (si, los leí desordenados según me apetecía, que para eso son relatos independientes) y creo que el que menos o de los que menos me ha gustado. Ambientado en Cádiz y con un boxeador jubilado como protagonista, está escrito en un tono bastante sencillo (el protagonista es alguien de barrio, con cierta edad y sin mucha cultura). También tiene su elemento sobrenatural, aunque no me ha acabado de llegar. El final si es aceptable, pero el “durante” no me ha llegado.

Son de piedra Es otro de mis favoritos, por la historia, por la forma de contarlo y por la protagonista, que se me ha hecho cercana. Es una historia sencilla, con su halo de misterio y magia.
Llena eres de gracia también me ha gustado mucho. Aquí Rafael deja un poco su estilo característico y prima más la acción a la descripción. Aquí no “cuenta las cosas”, sino que “las cosas pasan”. Me ha recordado un poco a Dan Brown en este relato (por tener acción y estar basado en la Iglesia). Es uno de los más largos, con 60 páginas.

Volver a Sitges está ambientado en el Festival de Cines de Sitges y en el encuentro que allí tienen algunos habituales del evento. Apenas 5 páginas en una minihistoria que es entretenida de leer y cumple lo que le pido a un relato.
A veces corren es un relato con ambiente zombis y con un toque simpático que hace pensar un poco que esos seres antes fueron personas con unas vidas a sus espaldas y unas vivencias.

Sombras de Candilejas curiosamente nos lleva al Hollywood de la época de Chaplin, cuando empezaba a emerger y a ser una estrella. Entretenido, pero no es de los que más me han gustado.
That´s All Right, Mama, con apenas una página, da la talla en tan poco espacio. Al ser tan corto es una pincelada (muy bien dada) de un escenario y unos personajes, y con un final bien puesto.


AUTOR

Rafael Marín es un gaditano considerado uno de los escritores de literatura fantástica más importantes de España. Comenzó su carrera literaria a finales de los 70 en diversas revistas, pero fue en 1984 cuando se consolidó como un referente con la publicación de “Lágrimas de Luz”, considerada una de las mejores novelas españolas del género. Desde entonces ha seguido publicando antologías y novelas además de publicar libros de ensayo sobre el cómic, donde ha trabajado también como guionista (en “Los cuatro Fantásticos”, entre otros).
También es un traductor conocido del género fantástico (en 2003 obtuvo el premio al mejor traductor europeo) y entre sus premios literarios están los siguiente: Ignotus, UPC, Pablo Ridó, y Albacete de Novela Negra, además de ser finalista del premio Minotauro.


MI OPINIÓN
Voy a empezar con algo que no me ha gustado, y es que si bien el título Piel de fantasma y la portada en sí (ES-PEC-TA-CU-LAR, no dejéis de verla porque es buenísima, creo que me podría inspirar para escribir un relato esa foto :P), unidas a la fama del autor de cultivar muy bien el género fantástico, me hacían pensar en un principio que iba a encontrarme muchos relatos desbordando fantasía y no ha sido así.
El elemento de fantasía en los relatos no siempre es predominante o determinante, a veces está ahí sin más pero no es importante ni destacado. No suele haber mundos paralelos o ambientaciones imaginarias. Más bien diría que los relatos de esta compilación son realistas con toques fantásticos. Y no está mal, pero no es lo que esperaba o lo que venden ese título y esa portada (repito, buenísima), o al menos lo que yo esperaba.
Una vez pasado ese escollo inicial, sí que he encontrado lo que buscaba en este libro. Relatos entretenidos (unos más, otros menos...) con los que tener lecturas que no me ocupasen mucho tiempo y que me diesen a conocer al autor.
Y lo que he visto de Rafael Marín es que usa desde luego un estilo muy cuidado (de los más cuidados que he leído últimamente) y sobrecargado en ocasiones. Maneja muy bien la palabra y hace especial la forma de contar las cosas, aunque si se busca una lectura como las de últimamente, más ligera y rápida, creo que no sería una buena opción (a menos que sea un libro de relatos, como este). Me recuerda a los clásicos en la forma de escribir. Algunos ejemplos:

Se había hecho inmortal, ¿comprende? Se sabía eterno. Y nada lo ataba al pasado, sólo él podría configurar el futuro. Eliminó primero al fenicio noble, el de la frente de piedra, y lo enterró allá donde el mar se multiplica y se asoma a un gigante contra el que no puede compararse. Luego, acompañado por la pequeña ninfa que no era más que una bruja, se rebeló contra aquellos que se habían asomado a contemplar cómo vivía.
Cualquier cosa antes de tener que mirar por encima del hombro el reguero de lienzos destrozados y tubos de pintura que se le antojarían sangre, los fragmentos de un pasado que todos habían pretendido arrancarle y hasta lo habían conseguido, no por destruirlo, no por anularlo ...
Eso no era normal, por lo menos en ella, que había tenido que levantar una muralla propia entre sí misma y cuanto tocaba, para no volverse loca o, al menos, para no vivir en realidades que no le pertenecían, porque aunque no estuvieran muertas pertenecían a un pasado que sólo podía revivir, no adulterar .
la luz de la media tarde en verano que siempre acompañaba a esta casa, y los olores de barcos de vapor, y el sabor de la marimba y la caricia de un canotier entre los dedos, o tal vez fuera un bastón de paseo, fino y estirado, no un bastón que ayudara al andar, sino un bastón que afectaba una moda; agua de colonia suave, cigarros de la hoja más pura, restos de otro tiempo ...
Los poderosos ojos verdes de Justine Chabrol no parpadearon, detenidos en la sorpresa igual que el animal que, en la noche, trata de cruzar una carretera y es deslumbrado por los faros de la muerte que rueda a su encuentro.

Superada mi pequeña decepción inicial, si que he podido disfrutar de estas historias con una ambientación y unos personajes muy reales, que hacen que sean historias que podrían pasar en nuestras ciudades, en nuestros barrios. No es fantasía 100%, vale, pero también se disfruta este estilo. Marín es gaditano y usa bastante la ambientación en Cádiz. Muy bien hecho pues seguro que es el lugar que mejor conoce y mejor puede describir y por otro lado, ¿por qué no pueden pasar estas cosas también aquí en España? Hollywood lo sitúa todo en EEUU, pues me parece muy bien que los autores españoles se sitúen en su tierra.
Creo que tengo que advertir también de este libro se trata de un libro de relatos, no de novelas cortas. Por lo que hay que entender lo que son y vamos a encontrarnos para luego no sentirnos con decepción. Aquí las historias acaban pronto, los personajes no tienen tiempo para desarrollarse con mucha profundidad y todo en general son pinceladas. Se puede leer entero o se puede ir alternando su lectura con la de otros libros a fin de descansar de lecturas más pesadas, pero sabiendo lo que es para poder apreciarlo y disfrutarlo. Dicho esto, sí que lo recomiendo. ROTUNDAMENTE.

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