martes, 3 de abril de 2012

Sueño Profundo, de Banana Yoshimoto

A veces, cuando estaba con él, veía el «fin de la noche». Era una escena que, sola, yo nunca había presenciado.

Poco he leído de literatura asiática, a pesar de haber oído maravillas de algunas de sus obras. Con este libro de relatos, intento paliar esa ignorancia hacia las letras asiáticas y conocer algo más sobre su forma de narrar.

Portada del libro "Sueño profundo"
Editorial: Tusquets

Fecha de publicación: 2006

Nº páginas: 232

ISBN: 978848310314

Precio: 6.95€




LOS RELATOS
Sueño profundo. Habla sobre una chica que anda algo perdida y que pasa el tiempo durmiendo. Algo perdida y enmarañada en ese presente en el que duerme y duerme y apenas despierta sólo ante las llamadas de su novio, la chica tiene unos pensamientos profundos y recuerda a la que fue su mejor amiga y que ya ha fallecido.
Es a través de esos recuerdos como vamos conociéndola y sabiendo el tipo de persona que es, a la vez que esperamos que pueda salir de ese círculo vicioso en el que se encuentra sumida, y pueda asomarse a la vida con todos sus sentidos.


La noche y los viajeros de la noche. Aquí también hay una protagonista femenina, y también una muerte cercana. En esta ocasión ha muerto el hermano de una joven japonesa, con el que estaba unida. A través del recuerdo de su hermana, de su prima y de la chica americana que fue su novia, vamos conociendo la personalidad arrolladora del joven, que hace que todas las chicas lo echen de menos y quedasen marcadas por su forma de ser.

Una experiencia. Es quizás el relato más esotérico de los tres. Fumi-chan se pasa casi todo el día bebiendo. Sobre todo por la noche, donde se da ella misma cuenta que se excede y que siempre termina durmiéndose demasiado bebida. Le ocurre también, que al ir a dormir, escucha una melodía preciosa que le aligera el corazón, y a pesar de su estado, se da cuenta de que es algo anormal.
Animada por su novio, decide investigar sobre esa melodía y va a una especie de médium, que la pone en contacto con una persona con la que compartió otro hombre en el pasado y que ahora está muerta y parece querer decirle algo.


AUTORA
Banana Yoshimoto (Tokio, 1964) estudió literatura en la Universidad de Nihon y ha merecido galardones como el Newcomer Writers Prize, el Izumi Kyoka y el Premio Scanno. Es autora de una exquisita obra, aplaudida por los lectores y los críticos más exigentes. Además de  Sueño Profundo, Tusquets Editores ha publicado sus novelas Kitchen, N-Pn Amrita y Tsugumi, volúmenes que han convertido a Yoshimoto en una de las escritoras más prestigiosas de la literatura japonesa actual.


MI OPINIÓN
En los tres relatos se puede apreciar que la muerte tiene que ver directamente con las protagonistas. Todas son personajes femeninos y todas viven una situación actual marcada por una muerte. Se encuentran en ese vacío extraño en el que se han tenido que despedir de alguien, pero se encuentran con que la vida sigue, y lo hace quieran o no. Se convierten más en elementos pasivos que en elementos activos de sus propias vidas.
Es en este estado inactivo, donde surge su punto de vista más contemplativo, y que da pie a la narrativa de Yoshimoto con la que realmente nos llega a atrapar. Es un estilo muy visual, muy del detalle, pero del detalle pequeño. Es capaz de transportarnos al entorno de los personajes con las pinceladas que da, con la descripción de cómo la luz se filtra por la ventana, de cómo sopla fuera el aire y del color verde del árbol que se ve desde la ventana. Es un estilo muy sencillo y muy efectivo.

No son grandes personajes, no son grandes heroínas las tres que protagonizan los relatos. Son personajes muy reales, muy simples, y a la vez con mucha complejidad interior. Tanta como tiene, o puede llegar a tener, el ser humano. Son las resoluciones de los relatos también muy simples. A veces quizás demasiado.
Pero todo ello refuerza la idea de que más importante que la historia, sea quizás el personaje, la narración, la realidad que describe. Algo que se hace muy cercano, pero que el lector que busque emociones fuertes, puede no disfrutar. Es una lectura tranquila, llena de matices y de pinceladas, para leer en un estado relajado y reflexivo y seguir en ese estado después de la lectura.
Es, en definitiva, un libro que me ha gustado leer por su prosa, no tanto así por las historias que cuenta.

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