Buscador de sombras / La luna quieta, de Javier Negrete

Rojo reprimió un estremecimiento. En su recuerdo, el cadáver de su madre se desmoronaba una y otra vez. Si podía aceptar lo que había visto, ¿por qué no creer en la teoría que le estaba exponiendo Carreño?

Editorial: Minotauro

Fecha de publicación: 2005

 Páginas: 340

ISBN: 9788445075609

Precio: 5€

AUTOR

Javier Negrete nació en Madrid en 1964. Es licenciado en Filologia Clásica y ha sido profesor de griego.

En cuanto a la literatura destaca por escribir en los géneros fantástico y en literatura juvenil.

Ha conseguido reconocimientos importantes como el Minotauro, el Ignotus o el UPC.

Algunas de sus obras son Memoria de Dragón, La espada de fuego, El espíritu del mago, Señores del Olimpo, Atlántida y El corazón de Tramórea.

LOS RELATOS Y OPINIÓN

Buscador de sombras.

En un mundo futuro donde las personas contraen una extraña enfermedad (narcolepsia de Pisani) al caer en fase REM, se han construído unos aparatos en forma de corona o casco que se acoplan a la cabeza para permitir dormir sin soñar, sin entrar en REM. De hecho está prohibido dormirse sin ese aparato puesto, y es toda una temeridad. No hay cura para la narcolepsia de Pisani y la muerte es cuestión de días.

En este ambiente, nos encontramos con Álvaro Carreño, un científico español residente en EEUU, que ha matado brutalmente con un hacha a su mujer, y que es condenado a la pena de muerte por homicidio.

La embajada española, ante el revuelo del caso, decide encargar a Pedro Rojo, un reputado psiquiatra, el estudio del caso para ver si puede realizar un informe que, si bien no exculpe a Carreño, si le conmute la pena de muerte si se pudiera demostrar que el condenado sufrió algún tipo de trastorno mental para llevar a cabo el crimen.

Las historias de psiquiatras y enfermos mentales me llaman especialmente la atención y esta promete desd el principio por su mezcla con ciencia-ficción, con ese entorno donde soñar está prohibido. No me ha decepcionado para nada. Sí habría que colgar en el patíbulo al encargado de la editorial de hacer la sinopsis en la contraportada, porque más spoilers no puede tener. Y la cosa es que a pesar de ello, de que muchas sorpresas me las habían fastidiado, he podido disfrutar bastante de la lectura de esta novela corta.

Con capítulos cortos, se hace muy ligera y alcanza un ritmo trepidante, en el que nada hay de relleno y todos los cortes entre capítulos son del tipo "tengo que seguir leyendo un poco más a ver qué pasa".

Hay pocos personajes, no hay espacio para más, ni la novela los necesita, pero están bien perfilados los que aparecen así como también las relaciones entre ellos. Carreño es un loco que recuerda a Hanibal Lecter, por su gran inteligencia a pesar de su trastorno y de asegurar que no está loco. El doctor Rojo, un hombre de gran prestigio que quiere solventar la papeleta que le ha tocado cuanto antes, y que se sorprenderá a sí mismo dudando de si el paciente está o no enfermo realmente. Bueno, en realidad, el propio lector duda hasta el final (en el que no diré si se confirma la enfermedad mental o no) de si el loco es el que está encerrado o bien lo son los de fuera.

Esta obra fue ganadora del UPC en el año 2000 y, después de su lectura, puedo decir que no me extraña que se llevase el gato al agua. Muy recomendable.

La luna quieta.

En una casa de reposo, se encuentran varias personas, atendidas por unos médicos. Son un grupo heterogéneo, donde se mezclan hombres y mujeres de distintas edades y clase social. Se llevan bien y siguen una especie de normas de cortesía y de rutinas establecidas. Algunos de ellos se encuentran bastante bien y están pensando en terminar su estancia en la casa de reposo, cuando llega un nuevo interno.

Miguel es un joven bastante brusco en modales, que trae consigo la revolución al lugar. Con su llegada suceden cambios bastante extraños, lo cual empieza a plantearles dudas a todos.

Todos saben por qué están allí pero ¿por qué están los demás? ¿dónde están los médicos que les cuidan? Todos saben que esos médicos existen, pero no recuerdan la última vez que los vieron.

¿Estarán realmente en un centro psiquiátrico en lugar de en una casa de reposo? ¿Serán conejillos de indias de algún estudio sociológico? ¿Quién es realmente Miguel, ese joven que ha aparecido revolucionándolo todo?

Doble premio para mí en este libro, ya que la segunda de las historias también trata en parte el tema de la mente, de la posibilidad de que estén en un internado mental en lugar de la casa de reposo, en este caso.

Una vez más, se tienen ganas de hacerle algo de daño al encargado de la sinopsis, pues en la que hacen en contraportada de esta novela corta, también nos revientan totalmente las sorpresas. Flaco favor que se hacen a sí mismos y al autor.

Esta vez no hay división en capítulos, sino que todo se cuenta seguido. No me ha parecido tan trepidante como la anterior en su totalidad pero, si bien tiene un comienzo algo más lento y pausado, llegado un punto concreto (la aparición de Miguel), sí que se vuelve adictivo el pasar páginas y el intentar resolver los interrogantes que se plantean. De nuevo me veo diciendo "leo un poco más a ver que pasa".

Pocos personajes también, pero bien definidos. La personalidad de cada uno queda perfectamente plasmada en sus actos y en sus diálogos. Se empatiza, te caen bien y te caen mal según cada uno. Son muy familiares, te hacen esbozar una sonrisa el pensar que conoces a gente muy parecida a los personajes de esta historia.

El estilo nuevamente es ligero pero cuidado. Unas descripciones de las que me gustan porque perfilan perfectamente al personaje, la situación o el lugar, sin hacerse farragosas ni pesadas. Un lenguaje sencillo pero no por ello limitado y primando la acción y el avance en la trama en todo momento.

He de decir que me ha recordado bastante por el argumento a un libro de Domingo Santos (no diré el título por no spoilear tanto como la editorial en la contraportada), pero he disfrutado sus diferencias y la resolución final.