martes, 20 de junio de 2017

Una última cuestión, de Carmen Moreno

Los fantasmas no aman. Ella quiso leer lo que escondía aquel hombre, pero le resultaban infranqueables su mirada, sus pensamientos, su sonrisa de medio lado.


Portada del libro "Una última cuestión", de Carmen Moreno

Editorial: Cazador de ratas

Fecha de publicación: 2015

Nº páginas: 334

ISBN: 9788494335068

Precio: 15€





¿DE QUÉ VA?
Verónica Lago es una mujer de mediana edad que trabaja como limpiadora en unos grandes almacenes y es aficionada a la novela negra. Un buen día se ve envuelta en un caso que parece sacado de las historias de sus novelas: una mujer cae en el patio de su edificio desde el quinto piso. Verónica, que será la que encuentre el cuerpo, se verá como pareja de investigación de Castillo, un inspector con malos modales.


AUTORA
Carmen Moreno nació en Cádiz en 1974. Se licenció en Filología Hispánica y es Máster en Contabilidad y Finanzas por el CEREM y en Edición por la Universidad de Salamanca.
En 2006, se traslada a vivir a Madrid, donde aprendió lo que era ser en una ciudad como la capital de España. Se considera gaditana, madrileña y asturiana, una línea mágica, que traza su trayectoria tanto profesional como emocional: en Cádiz comienza a existir, en Madrid crece y en Asturias se encuentra.
Algunas de sus obras son Principito debe morir (Lapsus Calami, 2013), Cuando dios se equivoca (EH Editores, 2010), Salitre 15 (En Huida Ediciones, 2016) o Mala sangre (Apache Libros, 2017)


¿QUÉ ME HA PARECIDO?
Lo primero que me llamó la atención de Una última cuestión fue su protagonista. Pero también era lo que me daba miedo. Me explico: una señora de la limpieza de unos grandes almacenes como investigadora en un crimen es, a priori, un personaje que puede dar mucho juego y se presenta interesante pero, a la vez, puede dar pie a llevar la historia al terreno humorístico y le tengo bastante reparo al humor en la literatura pues suele ser una apuesta arriesgada.

¿Y cómo ha resultado? Pues me alegro de haberle dado una oportunidad. Efectivamente, la señora de la limpieza da mucho juego y sí, en ocasiones se incurre en el terreno del humor. Pero es un humor ácido y no quita fuerza a la historia. El personaje en ocasiones se ríe de sí mismo, pero también se toma en serio y actúa conforme a sus conflictos y su historia interna. Verónica es, de hecho, la mejor pareja que podía tener el inspector Castillo ya que, como él mismo reconoce, la investigación es más fácil con ella.

La relación del policía y la señora, que se presenta como una pareja que nada tiene que ver, queda justificada conforme vamos conociendo a los personajes y, sin llegar a estrechar demasiados lazos, ambos se van complementando y haciendo evolucionar al otro. Son personajes que avanzan y crecen juntos, llevados de la buena mano de Carmen Moreno.

Una última cuestión sabe mantener el interés en todo momento (he tardado pocos días en terminar el libro) ya que apela a nuestra vena más cotilla, con esas relaciones entre los vecinos de un bloque de pisos, y nos lleva a la investigación de la mano con la cercanía que nos da el que Verónica, la señora de la limpieza, esté involucrada en todo el proceso. Por otra parte, se agradece mucho que la historia caiga en algunos clichés y, sin embargo, no lo haga en otros tantos del género. Me ha gustado porque hay guiños pero en su justa medida. Los suficientes para hacer sonreír sin caer en la parodia, para hacer cercana una historia que no deja por ello de tomarse en serio a sí misma.

El misterio del crimen queda bien resuelto y, a pesar de que lo he intentado, no he sido capaz de figurarme su resolución hasta leerla. Había muchos candidatos a culpables y apenas he podido descartar a alguno que otro. Es otro de los aciertos de la novela, el saber jugar con un buen grupo de personajes, ir desvelando datos sobre ellos y, a la vez, no ponerles la etiqueta definitiva de culpables o inocentes.

En definitiva, Carmen Moreno nos ofrece una novela con un personaje divertido que junto con el inspector Castillo se hace querer, con una historia que engancha y nos sacará más de una sonrisa pero también nos hará sentir rabia y pena, a la par que nos hará ponernos en la piel de los protagonistas y reflexionar con algunas de sus frases. Rescato una: "todos llevamos un asesino dentro".

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